Anuncios contra la violencia de género.
El pasado 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de Lucha contra la violencia de género y, aunque con imperdonable retraso, hemos querido ilustrar de qué manera la publicidad lucha contra esta lacra social en el terreno de la concienciación y la denuncia. Hemos seleccionado 20 gráficas que afrontan el reto desde diferentes perspectivas; tomando como público objetivo en algunos casos a la víctima, en otros al agresor, o incluso al resto de personas que podrían ayudar a paliar el problema.
Es interesante observar que en algunos países la violencia de género se amplía hasta abarcar la llamada «violencia doméstica», que afecta también a los hijos, problema que en España no parece haberse abordado aún.
La metáfora de la mujer como saco de entrenamiento es recurrente.
«Puedes contarnos la verdadera historia.»
«La violencia verbal puede ser así de horrible.»
«Para muchas mujeres el peligro no está fuera.»
» No te atreverías con alguien así.»
«Contiene escenas en las que mamá es tirada al suelo y golpeada repetidamente. No recomendable para menores.»
Un inteligente emplazamiento en el que el teléfono público se transforma en un escenario de violencia, incitando a la llamada de denuncia.
«Eres una puta.»
Camuflada, la violencia también está en las malas palabras.
«Me das asco, zorra.»
Camuflada, la violencia también está en las malas palabras.
«Mamá estaba leyéndome un cuento hasta que papá volvió.»
«Puedes perder algo más que tu paciencia.»
«El único testigo que no hablará.»
«Denuncia la violencia oculta.»
«Habla, en nombre de quienes no pueden hacerlo.»
«El silencio hiere. Llama.»
Comparadlo con el anterior ¿quién se inspiró en quién?
«Esta pulsera me la dio por mi cumpleaños. Y esta fractura me la hizo por nada.»
Una creatividad de una estudiante de 4º de publicidad.
«La violencia doméstica está a nuestro alrededor.»
De nuevo la mujer convertida en objeto para entrenar golpes.
«Cuando él controla tu vida, ya no es tu vida.»
«Sucede cuando nadie está mirando.»
Una muy buena, aunque de difícil aplicación idea, en la cuál una minicámara ubicada en la marquesina detecta cuando alguien está mirando y cambia la imagen principal del cartel.
[…] Extraída de El blog de la agencia. […]