El paso del tiempo hace que el mundo del Arte con mayúsculas adquiera significados y resonancias que no preveía el autor. E infinidad de veces esos significados terminan siendo como mínimo chocantes y, si miramos con la cabeza desprejuiciada, simplemente carcajeantes ¿Cómo acceder a esa nueva dimensión de las obras de arte: de la mano del ilustre Hematocrítico de Arte.
El Hematocrítico de Arte, célebre por la invención de la palabra «tróspido«, es una de esas personas que saben ver sin prejuicio, y esa mirada nos la va regalando poco a poco en su Tumblr.
Su método es sencillo ¿quién no ha jugado alguna vez a quitar el volumen de la tele y doblar las películas con diálogos absurdos? Este recurso parasitario llevado al gran Arte antiguo que, al ser sin diálogos, sólo puede realizarse cambiando los títulos.
El resultado, aquí:
El propio Hematocrítico cuenta como surgió la idea:
‘Me doy con una piedra en el pecho hasta ver movidas’
(Il pietro nel plexo Solaris, de Luca Signorelli)
«Éste fue el origen de todo. El verano pasado estaba yo paseando por el Louvre y me topé con este cuadro que me hizo muchísima gracia.
Quise ver cómo se titulaba y me encontré con el título en francés y, debajo el título original en Italiano. Pensé que sería graciosísimo hacer un blog con esos mismos cuadros pero cambiando el título para hacer un chiste, y luego cambiando el título original también para hacer un segundo chiste. El problema sería encontrar cuadros así de graciosos.
Luego me giré y vi otro cuadro con una chica retorciéndole el pezón a otra y ya me quedé más tranquilo.»
‘Monarcas sufriendo alucinaciones tras dejar de fumar’
(Le enormeouse cigarette c’est un deliree, de Jean Paul-Laurens)
«En algunos cuadros aparecen objetos de ahora. En serio, cosas modernas.
A mí que no me digan que estos dos del trono no están delirando mirando un humeante Chester gigantesco. Luego leyendo por ahí te enteras de que es un cirio pero eso tiene que ser mentira. ¡Qué cirio! ¡Eso es un Chester!»
‘Cristo colando a sus colegas al partido’
(Il Cristo tifossi, de Fray Angélico)
«Cristo es muy fan de la selección de Inglaterra, aparentemente, y en este cuadro vemos cómo ha descubierto un método de colar a sus amigos a un partido. Un método muy complicado que consiste en cargarse a unos demonios en unos catacumbas, pero lo ha conseguido.
Cristo sale en muchos de los cuadros de mi libro, no por ninguna razón especial, ni porque quiera ser yo muy transgresor ni nada. Pero es que cuando repaso cuadros para comentar no veo otra cosa que Cristos Cristos Cristos.
En el libro hay un Cristo depresivo, un Cristo afeminado, un Cristo a punto de piratear unos Cds, Cristo saliendo de un juicio…»
‘El Che borracho’
(Die Revolutionnairepiripen, de Hendrick Ten Brugghen)
«El Che Guevara, después de algún combate particularmente afortunado, se coge una borrachera y lo retratan en esta posición.
Abrazado a un orbe, imaginándose emperador. Está en estado de semidesnudez, pero no se ha quitado su gorra.»
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